martes, 14 de agosto de 2007

Me cuesta pegarle al arco y definir


¿Como saber cuando es el momento justo para dar el último golpe? Pasar de la charla al beso a veces se puede tornar complicado, más si nos cuesta tomar esa decisión donde nos jugamos todo o nada. Miedo, presiones, inseguridad, incomodidad; hay varios motivos que nos impiden dar el paso final.

En la primera salida intentamos conocer a la mujer, tomamos algo, conversamos sobre la vida, el trabajo, y después de un par de horas la devolvemos a su hogar. ¿En que momento conviene tirarle la boca y no quedar desubicados? ¿Cómo hacerlo si nos cuesta “definir”? Un viejo amigo me dijo: “esas cosas se dan solas”… yo creo que en parte es así y en parte tenemos que buscar que se den. Buscar el contacto físico, el abrazo cariñoso, la caricia de rostro, el besito en el cuello. Elijamos un bar oscuro, bien ambientado, pongámonos cómodos en unos sillones y al acomodarnos procuremos no mantener tanta distancia de nuestro objetivo. Esto en una heladería sería realmente complicado. No podemos arrojarnos encima de ella si estamos hablando de sus problemas familiares. Hay que encontrar un momento, donde los dos estemos en confianza y relajados. Hablemos de sexo sin prejuicios, de amores y de actitudes de cada uno frente a estas situaciones. Hagamos que el sexo no sea tabú sino natural. No vamos a empezar preguntando si autopista o colectora, pero podemos preguntar que tipo de besos le gustan, si es de ir al frente o si es de esperar, que es lo primero que le ve a un chico, etc.…a medida que avancemos las preguntas pueden ir subiendo de tono, todo depende como se vaya desarrollando la charla. Unas caricias en el pelo, miradas que van y vienen, un poco de buena onda y listo. ¿Parece fácil no? Pero no siempre se dan las cosas perfectas, las presiones pueden jugar en contra, la ansiedad y el miedo. Será cuestión que entremos en confianza; el amor y el sexo nos van a ayudar a aproximarnos. No siempre es necesario el clásico elogio, aunque a veces viene bien siempre y cuando no abusemos de él.

Hay otros planes si la situación o el lugar no dan para la acción. El plan B es el auto y el famoso beso de despedida, son 2 o 3 minutos que dejan abierta la posibilidad de un segundo encuentro, quizás mas fogoso y pasional. Ante la inseguridad también podemos insinuarlo: “¡Me imagino que me vas a despedir como se debe!”. En una discoteca puede resultarnos más fácil, pero eso lo voy a tratar en otro informe más adelante.

Tampoco nos conviene forzar la situación ya que no besar en la primera cita no es la muerte de nadie, pero que en la segunda no pase lo mismo, ahí la chica nos puede tildar de “lentos”, con toda razón, y rechazar la propuesta siguiente, con más razón todavía. A veces quedamos bien si no intentamos nada la primera vez; es algo que les da más ternura a algunas mujeres, alimentada por el comentario de sus amigas. En un boliche podemos quedar mal tratando de tocar partes intimas, quizás sea más fácil y placentero tocarlas al día siguiente y en un lugar privado. Paciencia, no desesperarse ni tampoco dormirse. La primera salida es una primera impresión, de nuestras actitudes va a depender que haya una segunda vez. No pensemos en el momento de besar, disfrutemos cada segundo de la charla. No nos dejemos influenciar por los comentarios de los amigos envidiosos como: “¿La llevaste a su casa y no te la garchaste?” o “¿Toda la noche hablando en el bar y no te la llevaste a un telo? Oídos sordos a todos ellos. Mostrémonos seguros y relajados, que vamos a lograr nuestra misión primordial. No dejemos pasar el segundo de silencio de las tres de la mañana ni el cruce de miradas, es ahí donde damos el golpe. Ganar o perder es relativo, lo importante es dejar todo.

2 comentarios:

SpA Undercover dijo...

Lo del auto es muy feo, si lo verbalizas pierde el sentido.
A mí me gusta acercarme y quedar con la boca tocando, pero le dejas al otro la chance de decidir como sigue, si se termina de acercar o se baja del coche.

Beso!

...::: Cj :::... dijo...

Josha!