miércoles, 19 de septiembre de 2007

Chamuyo de auto a auto (parte 3)


En el momento me prendí fuego, pero luego pensé: ¿Por qué el si y yo no? Quizás no me sea tan fácil y tenga que trabajar un poco más duro, pero vamos a intentarlo. La mayoría de los intentos fallaron, pero no todos corrieron la misma suerte. Me gustaría compartir algunos consejos y que ustedes cuenten sus anécdotas y opiniones.

Creo que todo empieza en el semáforo, bajamos la ventanilla e intentamos llamar la atención de la mujer de al lado. Con una sonrisa le pedimos gentilmente que baje el vidrio para decirle algo. Si la invitamos a tomar un café o le proponemos un rato de relax entre tanto tránsito y caos, hagámoslo con buena onda, con actitud y seguridad. De día va a ser difícil que accedan, pero de noche no tanto…después de la medianoche la cosa cambia y la posibilidad de dialogar auto a auto va a estar más presente. Obviamente vamos a tener más tiempo que en pleno día laboral. Preguntas en semáforos que van y vienen pueden ayudarnos a levantar algo; no descartemos tirar algún papelito o tarjeta personal al auto de a lado. Hacer luces y guiños quizás pueda funcionar para detenernos un rato en la vereda e intercambiar unas palabras. Efectivamente, en estos casos, es la facha de cada uno que va a jugar un rol fundamental, y no tanto lo que uno diga o el interés que demuestre. Para terminar con mi reflexión, creo que un buen auto y una cara bonita siempre van a jugar a favor. Sino anda a preguntarle a Mariano Martinez…

¿Vos que pensas al respecto? ¿Chamuyaste de auto a auto alguna vez? ¿O sos de los que se quedan mirando sin hacer nada?

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